El teletrabajo tiene cosas malas y cosas buenas, entre las malas, echo en falta el contacto con los compañeros y algunos trabajos se hacen más dificultosos en el ordenador personal, entre lo positivo, tengo a la familia cerca y estoy más resguardado de los peligros actuales. Otra de las cosas positivas que encuentro es que, según que trabajo esté realizando, puedo tener la tele encendida de fondo, a veces ni le echo cuenta, y entre otros programas, a las 13,30 puedo ver Cocina Abierta de Karlos Arguiñano, reconozco que éste señor me insufla optimismo. Una cosa que siempre he observado en su programa es que se acompaña en el decorado de varios títeres/marionetas, algo que me ha llamado mucho la atención, ya saben lo que me atraen. He buscado en la web y encontrado una noticia aparecida en El Diario Vasco, el 5 de enero de 2013 cuando se le hacía entrega por parte del taller Marionetas de Barcelona a Karlos Arguiñano de un ejemplar personalizado réplica del cocinero con motivo de su gusto por las marionetas.
En un extracto del citado artículo se puede leer:
"Me apasiona este mundo porque yo siempre he sido un títere y me han gustado siempre, pero con 50 años comencé a apreciarlos de una forma especial. Son tan bonitos y me parece tan difícil su creación que coleccionarlos me pareció una bonita idea" Hace unos catorce años que comenzó a viajar a Praga y siempre se trae a casa una nueva marioneta. Hoy en día, reconoce contar con una colección de unos 100 ejemplares entre marionetas de hilos y de goma espuma. "Voy a tener que aprender a manejarlos bien. Igual hasta dejo de cocinar" bromeaba Karlos.
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