Antes de nada quiero dejar dos cosas muy claras:
- Respeto totalmente el pensamiento de todas las personas y por ende la libertad de prensa.
- Me gusta ver el programa de TV Cazatesoros protagonizado por Mike Wolfe y Frank Fritz.
Dicho esto quiero mostrar aquí el mal sabor de boca que me dejó la lectura de esta columna de Jaime Rubio Hancock del periódico
El País del pasado 9 de julio bajo el título
"Una muerte horrible". Estoy seguro de que los protagonistas de 'Cazatesoros' sufrirán un accidente espantoso.
Que conste que no lo digo por lo ficticio que parecen las compras y posibles ventas, posteriores, que realizan, ahí le doy toda la razón al Sr. Rubio Hancock, pero lo que jamás pienso viendo el programa es que después de subirse, algunos de nuestros protagonistas, a la parte alta de un viejo granero vaya a encontrar una muerte horrible. Días después de leer el artículo quiero tomármelo con un tono de humor, negro, pero humor al fin y al cabo. Juzguen ustedes mismos con la lectura del artículo.
Mike Wolfe y Frank Fritz en 'Cazatesoros'
"Veo Cazatesoros porque estoy convencido de que Mike Wolfe y Frank Fritz morirán en uno de esos almacenes en los que buscan supuestas joyas. Para quienes no lo conozcan, el reality trata de dos tipos que recorren Estados Unidos en busca de objetos viejos, aunque ellos dicen que son “antiguos” y tienen “historia”. El objetivo es revender esos trastos en su tienda a precios absurdos. De hecho, suelen ir comentando cosas como: “He comprado este faro de furgoneta por 200 dólares y lo pienso vender por el doble”. Y, ojo, yo lo pagaría encantado si pudiera. Un faro abollado. Ahora quiero tres.
Los propietarios de estos cacharros son por lo general ancianos que poseen enormes almacenes llenos hasta el techo de cajas, carteles desvencijados y juguetes de metal que provocaron epidemias de tétanos en los años 30. Parecen agradables, pero todos tienen pinta de poseer varias escopetas.
Con estos ingredientes, es evidente que algún día les pasará algo horrible a Mike y a Frank. Que nadie me malinterprete, me caen muy bien, pero está claro que levantarán una caja de tornillos y les atacará media docena de tejones que vivía debajo. O puede que el almacén se desmorone porque han arrancado un trozo de cinta adhesiva que soportaba toda la estructura. O quizás el vendedor olvide quiénes son esos tipos que están registrando sus cosas, coja una escopeta y les dispare. También puede que metan la cabeza en un armario y se la arranque un cepo para cazar cocodrilos. O que abran una lata y liberen una cepa de la viruela. O que intenten arrancar un viejo Cadillac y explote. Tampoco me extrañaría que se les cayera encima una máquina expendedora. O que ese mono que toca el tambor no fuera un juguete de antes de la guerra, sino un mono de verdad que al fin ve la oportunidad de escapar de sus captores y que no dudará en llevarse por delante a quien intente detenerlo.
Como se puede ver, hay muchas y muy variadas posibilidades. Yo apuesto por el mono."