Hace unos 50 años a veces íbamos a comprar chucherías a la Confitería de Chanivet cerca de la Plaza de Jesús, esto es en Puerto Real, Cádiz. El que tenía algunas pesetas más podía acceder a los caramelos que tenían en su parte superior un muñeco articulado, los demás los mirábamos desde abajo con deseo en los mostradores.
Estos se pulsaban en los laterales y se balanceaban en el trapecio.
Se pulsaban en su parte inferior y se "desalmaban" volviendo a sus estado al dejar de presionar.
Luego unas carreras y a subirnos a los leones de la desaparecida farola de la Plaza de Jesús.
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