Que niño de Puerto Real, por lo menos cuando yo lo era, no lo ha disfrutado.
Entrar por su paseo sombreado por los frondosos eucaliptus ya era una aventura, luego introducirte por uno de las múltiples entradas para después caminar entre pinos, correr por sus caminos y patios. El patio negro, los tres pinitos, el patio del pozo y los billetes, que recuerdos.
Subir y bajar montes y tirarte por el "monte de la risa", abrazar, es un decir "el pino gordo", recoger piñas y piñones, otras veces lanzarnos las piñas vacías y siendo más pequeños buscar tesoros....
Como he comentado cogíamos piñones pero fuera por el paseo cogíamos también almendras, higos chumbos... ¿y los higos de sangre? quien no los recuerda, todavía quedan algunos.
Hoy día Las Canteras sigue ahí, a pesar de las construcciones a su alrededor, de incendios, de la gente incívica ha logrado resistir el paso de los años y los nietos de mi quinta pueden disfrutarlo.
Ha perdido gran parte de su magia pero seguro que los niños de ahora juegan en sus patios, cogen piñones y buscan tesoros, como lo hicimos nosotros,
El paseo de Las canteras en los años 60-70 con sus bancos de piedra y eucaliptus.
El altar de la Virgen de Lourdes en el camino poco antes de llegar a la actual gruta.
La fuente, con barro nos quitábamos la resina de las piñas, enseñanzas de Abuelo.
El patio del pozo en aquella época como delatan los SEAT 600.
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