A casa llegó el teléfono bien entrado los 80, no era algo de primera necesidad, hoy día sería impensable. Recuerdo que en la mili, llamaba a mi vecina Paquita para hablar con mis padres y lo hacía desde una cabina telefónica en la calle. Desde otras cabinas en el pueblo llamaba a la novia durante la semana, se iban unas monedas, eran otros tiempos, las formas de comunicación de la que disponíamos, siempre estaban las cabinas. Insisto a menudo sobre como cambian los paisajes de las ciudades con la desaparición de cines, comercios, quioscos y por que no, las cabinas.
Esta mañana oí una noticia con sentimientos encontrados, por un lado la desaparición de una última cabina de la calle y por otra su "reciclado" gracias al movimiento vecinal.
"Telefónica regala a Barcelona la última cabina telefónica de la ciudad" Barcelona al día, "La última cabina telefónica clásica de Barcelona será rehabilitada y convertida en punto de intercambio de libros" El Diario.es, "La última cabina clásica de Barcelona será un punto de bookcrossing" El periodico.com, "La nueva vida de la última cabina telefónica de Barcelona" as.com.
Estos son algunos titulares de la prensa digital de estos días, el pasado día 8 de marzo el consistorio de Barcelona retiró la última cabina, la restaurará y la trasladará a la Plaza de Meguidó para iniciar su nueva vida decidida por los vecinos.
Por cierto algo ligado a estas cabinas como las páginas amarillas nacidas en 1967 pasará a dejar de imprimirse en papel a partir del próximo 22 de marzo.
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