Abandonar un Ferrari porque te ponen muchas multas es una pasada, dejarlo recluido en un viejo garaje durante 46 años es un crimen. Ha ocurrido en Montpellier (Francia), un señor adinerado se compra el Ferrari 330GT 2+2 en 1966 utilizándolo muy a menudo viajando a París o a esquiar. Todo era de color de rosa, pero en 1974 Francia endureció los controles de velocidad y este buen señor comenzó a acumular multas y multas y en vez de levantar el pie o venderlo, lo encerró. A finales de los 70 se lo vendió a uno de sus hijos y éste, sabiendo las necesidades mecánicas y el tiempo que se necesitaba, optó por dejarlo donde estaba escondido.
Ahora esta joya ha cobrado protagonismo, su dueño lo ha sacado a la luz y una vez quitado el polvo se observa que necesita una mejora en sus exteriores y en su interior o en sus escapes pero el motor continúa en buen estado a falta de alguna puesta a punto. Dentro de una semana saldrá a subasta por una cantidad estimada entre 150.000 y 200.000€, ¿Quién da más?
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