Hoy tocaba un paseo por el viejo Baratillo de Cádiz, una ciudad que no pisaba desde el pasado mes de agosto, la lluvia caída durante la tarde y noche pasada me ha hecho desistir de acercarme a Jerez, el albero del recinto ferial se ha debido resentir. Este baratillo, no es lugar de encontrar grandes cosas pero aún así apetece dar un paseo de vez en cuando durante el invierno, en verano es cita semanal. Los dos pequeños esquiadores de celuloide de los años 60, a uno le falta los esquíes, y los dos lápices IL ASA que caen tras ellos como si de un alud se tratase, me hace pensar que ha merecido la pena desplazarme a Cádiz.
Como el paseo por el Baratillo ha sido de poco más de media hora, me he acercado luego al mercadillo de Chiclana, que me coge más cerca. Allí, muchos vendedores pero poco género de mi interés, tan solo este pequeño abanico con escenas de juegos campestres que me ha gustado y las viejas insignias de solapa, que nunca dejo atrás, se han venido conmigo. Apenas un par de horas en la calle y ya tengo reseteado el disco duro.
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