Del último paseo por un mercadillo en vacaciones, poco que contar, triste como el final de estas, como las propias vacaciones, al menos he podido desconectar, algo es algo. Un precioso cenicero del vermouth Cinzano de los años 60 de aluminio dorado con tres colores rojo, verde y azul para el vermouth rojo, seco y blanco. Estos ceniceros se podían ver en las barras de los bares de entonces, es curioso como se te han quedado en la retina objetos de hace más de 50 años y encontrarlos ahora, y recuperarlos es una gozada.
Recuerdos del pasado, lugares, juguetes, coleccionismo y todo aquello que te haga echar la vista atrás.
domingo, 11 de agosto de 2019
Mercadillo 11 de agosto, Mesón las Brisas, Cádiz
Llevo años desayunando en este mesón-bar, las Brisas, Plaza de la Libertad, cuando llego temprano al Baratillo, desde que este daba la vuelta al mercado, hace más de treinta años. Hoy desayunando me encuentro justo frente a una maqueta del propio bar, no se los años que llevará ahí. Entre su decoración, antiguos teléfonos, radios y muchos objetos marinos, a veces los gorriones entran a comerse las migas que caen, han perdido la vergüenza, forman parte del bar.
Del último paseo por un mercadillo en vacaciones, poco que contar, triste como el final de estas, como las propias vacaciones, al menos he podido desconectar, algo es algo. Un precioso cenicero del vermouth Cinzano de los años 60 de aluminio dorado con tres colores rojo, verde y azul para el vermouth rojo, seco y blanco. Estos ceniceros se podían ver en las barras de los bares de entonces, es curioso como se te han quedado en la retina objetos de hace más de 50 años y encontrarlos ahora, y recuperarlos es una gozada.
Del último paseo por un mercadillo en vacaciones, poco que contar, triste como el final de estas, como las propias vacaciones, al menos he podido desconectar, algo es algo. Un precioso cenicero del vermouth Cinzano de los años 60 de aluminio dorado con tres colores rojo, verde y azul para el vermouth rojo, seco y blanco. Estos ceniceros se podían ver en las barras de los bares de entonces, es curioso como se te han quedado en la retina objetos de hace más de 50 años y encontrarlos ahora, y recuperarlos es una gozada.
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