No pasará a la historia el rastro de ayer de Fuengirola como uno de los mejores que he visitado, muchos huecos libres que deberían haber ocupado vendedores británicos sobre todo, parece ser premonitorio de la llegada de la época estival que cada año ve como se resiente en el número de vendedores. Alguna pieza interesante pero tampoco para tirar cohetes, como ese viejo diábolo, que me he traído, los patines de hielo y algunos coches. Pero de entre todo lo visto sentimentalmente me quedo con la página del humor de Mingote, y es que cada vez que veo ese personaje pienso que el autor se inspiró en mi tío Ignacio, los rasgos de su cara están calcados.
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