Este si que es un tesoro de valor incalculable, en un mercadillo

Hace unos días la web Verne de El País de la pluma de Álvaro Llorca publicaba una historia de mercadillo de hace más de 3 años.
Comienza el artículo con algo que ya sabemos los coleccionistas y he comentado más de una vez:

"Para ser coleccionista de antigüedades no basta con ser metódico, paciente, ordenado e intuitivo. Para ser coleccionista de antigüedades también hay que saber madrugar. Porque las piezas más cotizadas desaparecen de los mercadillos a primerísima hora. Por eso, Luis Posadas Lubeiro no esperaba encontrar nada valioso cuando aquel domingo de 2014 llegó hacia las 10.30 al rastro de Valladolid."

La historia escrita narra el hallazgo en el  rastro de Valladolid una mañana de domingo, la carta de un fusilado en la Guerra Civil.
Publicada la imagen por el coleccionista en un libro dos años después, es conocido este hecho por sus nietas y Luis Posadas se la entregó a las descendientes a las que le llega 81 años después de ser enviada.
Merece la pena leer la historia en el enlace indicado en el inicio. Como digo en el título, un hallazgo de valor incalculable.

Esta historia no habría sido posible sin una concatenación de asombrosas coincidencias. Pero quizás ninguna sea tan llamativa como la que nos recuerda Luis Posadas Lubeiro: "No solo soy coleccionista y librero de viejo, sino que además soy cartero de profesión. Es increíble pensar que haya sido precisamente un cartero quien haya entregado una tarjeta postal que ha viajado a través del tiempo cargada de historia".

Cárcel Nueva, 27 de octubre de 1936.

Querida esposa e hijos. Me alegraré que al recibo de la presente estéis bien, yo bien en el día de la fecha. Con arreglo a la nueva orden de visitas en las prisiones, me corresponde todos los viernes de 10 a 12 de la mañana por estar en celda de aislamiento. Cuando vengáis no tenéis más que indicar el sitio donde pertenezco. Sin otro particular recibir como siempre abrazos cariñosos de este que os quiere. Tomás Gallego. Recuerdos de Frutos. Mandarme el reloj".

Carta cedida por la familia y publicada en Verne.

 

El anverso de la tarjeta postal, con el matasellos y la corona mural republicana.