Una tradición perdida con las últimas tecnologías es, en días de lluvia como hoy, sentarse ante una caja y ojear fotografías antiguas. Esta mañana he tenido ese privilegio, ver fotografías, en blanco y negro la mayoría, de mi mujer y su familia. Entre todas las fotografías he rescatado dos de antiguos vehículos de mi suegro, Él debió ser quien inculcó la afición por el motor a todos los miembros masculinos y alguna fémina de la familia, por cierto en ambas es mi cuñada la modelo.
Simca 1000 matriculado en Cádiz en 1968
Vespa con matrícula de Cádiz del año 1962
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