Falta un par de meses para que el Carnaval de Cádiz dé su pistoletazo de salida con el Concurso de Agrupaciones del Gran Teatro Falla y pongo esta imagen de una comparsa porque ordenando hace unos días algunas cosas me di de bruces con esta cinta cassette de Paco Alba, Los Beduinos de Cádiz.
Esta cinta esconde unos recuerdos entrañables que me vienen a la mente cada vez que la tengo entre mis manos. Cada verano, cuando éramos pequeños, al coger nuestro padre sus vacaciones de verano, el permiso, solíamos viajar con Él y mi Madre a Cádiz y pasar allí la mañana. Cogíamos el autobús de Comes que por aquel entonces tenía que atravesar San Fernando, La Isla, llegábamos hasta Plaza de España, ya en Cádiz, y desde allí callejeando hasta los alrededores del Mercado Central. Desayunábamos nuestro chocolate con churros, casi siempre en la Cafetería La Marina, entrábamos en el mercado donde nuestra Madre compraba algún pescado y aquel año además en los Almacenes Simago recién inaugurados, yo debía tener 13 años, con esa edad por aquel entonces éramos niños. Fue en esos almacenes, aquél día, donde nuestro Padre compró esta cinta de carnaval.
Creo que fue el hecho de escucharla infinidad de veces uno de los motivos que me hizo aficionarse a esta fiesta.
Lo que hoy puede ser un viaje de lo más normal y cotidiano, para mi personalmente era una ilusión enorme.
Ese sería de los últimos años que hicimos esa excursión, ya dejábamos de ser niños, pero ese recuerdo de un día de verano, la primera semana del permiso, por el mes de Julio, hacer nuestro viaje a Cádiz en esos viejos autobuses es uno de los bonitos recuerdos que perduran.
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