Vejer de la Frontera es sinónimo de destino turístico, eso ya no hay quien lo detenga, y no es que yo esté en contra del turismo en si, lo estoy cuando observo como una vez que aparece se pierde toda la esencia de la ciudad, y que decir del pequeño pueblo. Los antiguos hogares se han convertido en pequeños establecimientos de hospedería, locales de restauración o comercios dedicados al viajero, por suerte algunos aún conservan el gusto por lo antiguo, que no vintage, y lo muestran en sus escaparates.
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