Hace unas semanas pasé por delante del viejo Tabanco el Pasaje y quedé en volver y acceder esta vez a su interior. Dicho y hecho, hace unos días pillamos una mañana fresca y a Jerez que nos fuimos. Unas copas de Cream, unas chacinas y unas fotografías. Sobre el escenario donde se realizan cada día espectáculos flamencos, a medio día y de noche, botellas y mimbre dignas de un museo etnológico. Cuando esta mala racha pase, volveré para asistir a uno de esos espectáculos.
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