El Café del Correo en Cádiz data del siglo XIX, fue un lugar muy concurrido por los diputados de la Constitución de Cádiz de 1812 y militares de la época. Tiene tras de si una leyenda negra de crímenes, auspiciada entre otros motivos por partidarios y detractores de La Pepa, como se conocía popularmente a la Constitución.
A finales de 1800 se convirtió en tienda de muebles y más tarde en confitería, el último negocio que ocupó el local ya más recientemente fue de decoración, y gracias a las ordenanzas municipales en todos ellos se respetaron partes de sus elementos arquitectónicos, como ese escalón de entrada, desgastado después de más de dos siglos de pisadas.