El mercadillo dominical de Chiclana ha cambiado de escenario en estos tiempos, ha pasado de ubicarse en la zona centro al recinto ferial, más espacio para la distancia de seguridad y más cerca de los pequeños mosquitos salineros. Celebras el encuentro con vendedores de Jerez y Cádiz que se acercan por aquí a falta de la apertura de sus rastros, la reducción a una tercera parte de los vendedores hace que se turnen cada semana, salvo los enchufados de siempre. Algún comprador te saluda alegre y comenta como esta primera etapa del bicho la hemos pasado.
El simple hecho de pasear de nuevo por un rastro, escudriñar en las cajas o charlar con colegas y vendedores es suficiente regalo después de lo pasado, no aspiro a grandes hallazgos.
Quien no recuerda el muñeco negrito de goma o plástico publicitario de Conguitos, este es de plástico y me ha costado 30 cts., no podía dejarlo allí, precisamente un vendedor gaditano me lo ha vendido/regalado. Este muñeco es una muestra de pequeñas cosas, como suelo decir, que traje en las alforjas hoy, este negrito se queda en casa al igual que este curioso escalímetro de 10 centímetros de fabricación japonesa, comprado a un amigo vendedor jerezano, la escuela y la profesión tienen un lugar importante en la colección.
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