No voy a entrar a defender a unos u otros porque todos tienen razón, unos por defender la salud y otros porque necesitan vivir. Yo últimamente suelo decir una frase que viene como anillo al dedo, "es duro tener que decidir entre morir o no tener donde caer muerto".
El Baratillo de Cádiz es muy peculiar, salvo 7 u 8 vendedores que ofrecen objetos antiguos, monedas, pequeños juguetes y baratijas o libros, el resto venden lo que encuentran, no pregunten donde, o reciben de otras personas y la mayoría son cosas que pueden carecer de interés. Quien piense en grandes joyas en forma de antigüedades o juguetes en este mercadillo anda descaminado. Pero para el vendedor que intenta sacar unas perras cada domingo son sus joyas. En el artículo ya salen los "comentaristas" de turno llamándolos ex-delincuentes o ex-drogadictos y que sacan sus artículos de la basura, no se quienes dan más lástima.
El Ayuntamiento les ofrece un nuevo enclave, donde ya estuvieron hace unos años, frente al Parque Genovés, ellos argumentan que sería su muerte. Ojalá lleguen a un acuerdo por el bien de todos y por la salud de todos. Es mi honesta opinión.
Antigua tarjeta postal donde se aprecia el Edificio de Correos centro del baratillo dominical
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