Me gusta guardar cosas que me traen recuerdos de hace años, no solo juguetes, tranquilos que no tengo el síndrome de Diógenes, aún, ¡Qué no!, solo guardo algunas cosas puntuales. Aquí un ejemplo, son objetos que han estado en casa de pequeño o que luego han llegado a mis manos y me gusta tenerlos. No es un santuario ni mucho menos, hoy las tengo quizá mañana no. Algunas me sobrevivirán, luego quien sabe. Esa es una faceta del coleccionismo recuerdas, recoges o salvas del olvido y le das un mejor hogar, creo.
Como digo, objetos de recuerdos.
A la izquierda Entenalla y medalla de bronce por 20 años trabajados, verlos es ver a mi Padre.
A la derecha el paquete de Celtas cortos y un mechero de los que acompañaba a mi Abuelo
Mi primer reloj, un Orient, con catorce años de edad, regalado por mis padres convertidos en Reyes Magos, una pluma estilográfica que usó "mi tío de Madrid" una Sheaffer 14k. made in USA y dos cosas que no podían faltar en las casas, las cuchillas de afeitar y el Optalidón.
Un antiguo teléfono que sobrevive de la antigua casa de mi mujer, una joya, ambas, un disco sorpresa regalo de Fundador y algunas monedas con las que nos volvíamos locos de chiquillos.
Veis como lo de Diógenes es muy distinto.
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