Hace unos días en una de mis habituales caminatas por una ruta paralela al río Iro, encontré este azulejo entre unos pocos restos de obra de los que algún desaprensivo se deshizo. Todo el que sigue este blog conoce mi interés por el antiguo azulejo, aunque es cierta mi predilección sobre todo el publicitario. Encontrar en mi camino esta pieza lo considero un golpe de suerte, se trata de un azulejo de reflejo metálico salido de la fábrica de Ramos Rejano en Triana (Sevilla) y anterior al año 1965 fecha en que la fábrica cesó su actividad. Tiene unas dimensiones de alrededor de 14 centímetros cuadrados y unas grietas que a mi parecer lo hace aún más atractivo. Seguramente formaría parte del zaguán o patio de alguna vivienda.
Siempre criticaré al desaprensivo que va dejando restos en cualquier lugar, y más aún cuando lo hace en plena naturaleza, incluso en esta ocasión en la que gracias a él el azulejo tiene un nuevo hogar.
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