En los mercadillos que suelo visitar frecuentemente es raro no toparse con viejos azulejos arrancados de algún edificio, y la verdad es que los antiguos están muy revalorizados. En la zona centro de Chiclana de la Frontera existen dos viviendas vecinas cuyas fachadas se encuentran recubiertas completamente de bellos azulejos vidriados, pocos casos he visto como éstos, ni siquiera en Sevilla. Ojalá las distintas generaciones que hereden las viviendas consigan mantenerlas como se encuentran en la actualidad, aunque algunas piezas ya notan el paso del tiempo. No muy lejos de allí en otra vivienda, parece que deshabitada, los bajos de un balcón están rematados con una cenefa de azulejos, dos ventanas muy distintas pero con algo en común, aparte de contener azulejos, la belleza.
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