Tengo ganas de que llegue el domingo en que se suspenda el rastro por las lluvias, sé que hay vendedores que esperan el domingo como el maná, pero esta falta de agua no trae nada bueno. Mientras eso no ocurre aquí andamos paseando otro domingo más por el rastro de Jerez. La mañana comienza algo fresca pero pronto comienza a calentar el sol.
Charlo un poco con el amigo Diego, un vendedor jerezano que siempre ha tenido buenas piezas y ahora se justifica conmigo porque, según él, vende género con el que no se siente identificado y se avergüenza de ello, pero no entra nada interesante confiesa. Es algo común en todo el rastro, interés bajo mínimos.
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