Algunas ferias de primavera van acabando y los gitanos se van recogiendo. Cuando se cruzan por mi camino muñecos de Marín de pequeño tamaño y a buen precio, no puedo dejarlos ir, estos dos los pillé a él en Fuengirola y a ella, profeta en su tierra, en Chiclana de la Frontera. Seguro que por la noches cuando se apagan las luces arman una juerga flamenca en la vitrina.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarY he visto más, incluso algunos en caja. De turistas que los compraban y se los llevaban a sus casas.
ResponderEliminarEsos muñecos aquí en Chiclana lo tienen como algo propio, muchas familias trabajaron en sus casa haciendo vestidos, además desde que vivo en Chiclana hace más de 30 años he conocido de primera mano ese cariño por sus muñecas con personas que trabajaron en la fábrica.
ResponderEliminar