Puede ser que uno sea repetitivo, y a veces hasta cansino, con respecto a las muñecas Marín, pero uno debe sentirse orgulloso de la tierra, en esta ocasión de adopción, y poner su grano de arena para que se reconozca en ellas el trabajo de todo un pueblo, su seña de identidad. Estas muñecas en gran parte las compraban los extranjeros que visitaban nuestras playas allá por lo años 70', hace unos días paseando por Mijas, pueblo malagueño donde es difícil oír hablar castellano por sus calles, observamos una pequeña gitana flamenca que llenaba el centro del escaparate de un comercio, en su interior descansaba el resto del cuadro flamenco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en mi blog