Tiene fama de carero entre vendedores y compradores del baratillo de Cádiz y se la ha ganado con creces, también hay que reconocer que tiene, diría, el mejor puesto del rastro, si bien es cierto que la calificación de carero es con respecto a los precios que se manejan por estos lares, en otros mercadillos quizá esos precios serían incluso baratos. Hoy he estado un ratillo hablando con este hombre, enseñándome los artículos, sobre sus precios y como me los rebajaría, sobre vendedores rumanos, sobre el rastro de Madrid o el desaparecido Charco de la Pava de Sevilla, los ratillos que me gustan.
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