Hace unos días me acerqué a ver a unos compañeros de trabajo a su oficina y observé una maqueta de grandes dimensiones con un patrullero de la armada varado en dique seco que asomaba en las alturas de unas estanterías, con ayuda la bajamos desde lo alto y recibí una grata sorpresa. Cuando comencé a trabajar como delineante hace 42 años, mi bautismo fue con una serie de patrulleros de vigilancia de zona para la Armada Española, este precisamente es uno de esa serie, me ha resultado emotivo ahora que cuento mi retirada laboral por meses, volver a ver ese barco que precisamente fue el causante de mi contratación allá por 1979. Debe ser el karma.
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