Acabo de leer un comentario de un amigo en un Grupo de Facebook acerca de los juguetes que no están en perfecto estado y el pensar que los niños que jugaron con ellos hace años lo dejaron rotos o maltrechos y el encanto que eso puede tener. Pués bien, no dejo de reconocer que ese es uno de los encantos que tiene la visita a los mercadillos, el pensar en los que jugaron, los que leyeron aquella cartilla o los que aparecen en aquella fotografía. Me quedo con esto último, hace unos días encontré en la web una noticia del programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser de finales de octubre del pasado año, en ella se habla de una española que compra en un mercadillo de Edimburgo un álbum de fotos en blanco y negro. Pasa el tiempo y María, que así se llama, se decidió a buscar a los niños que aparecen en las fotografías. Su contacto con periodicos fue infructuoso pero compartió fotos en Facebook y la bombardearon con mensajes, había tirado del hilo. Unos familiares vieron la fotografía y les contaron que el álbum llevaba 40 años perdido después de una mudanza.
Un encuentro feliz, no recordaban como eran de pequeños.
Dejo aquí el enlace de la Cadena Ser donde puede leerse integra esta bonita historia además de oir el podcast (grabación de audio).
Como dije antes, esto es parte de la magia de los mercadillos que pocos entienden.
Fantástico, no solo son objetos viejos. Tuvieron una "vida" un protagonismo, una historia que queda en la imaginación del coleccionista curioso, sea una fotografía antigua o un juguete roto que seguramente esté cargado de historia. Bonita entrada colega.
ResponderEliminarGracias Juan Pedro, es la magia del mercadillo.
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