Cuando a principios de los años 80 estuve por primera vez a Madrid, para cumplir con el servicio militar, por la Calle Arenal aún circulaban los vehículos y la discoteca Joy Eslava acababa de inaugurarse y a veces servía como escenario del programa de televisión Aplauso, estaba de moda en plena movida madrileña. Ya por entonces junto a la Joy, en el pasadizo de San Ginés, como si el tiempo se hubiese detenido, la Librería San Ginés vendía sus antiguos libros leídos y muchas tardes de sábado fue lugar de peregrinaje para un servidor.
En mi viaje a Madrid de hace unas semanas volví a cercarme a sus mesas al aire libre y revivir aquellas tardes de hace casi 40 años.
Dos postales compradas en la propia librería, hay que sacar beneficio de la fama
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