El Mundial de Fútbol es fuente de recuerdos y cada año cuando llega este acontecimiento no puedo dejar de rememorar otros pasados. Pocas horas después de vencer Italia en la final a Alemania en el Mundial de 1982 yo entraba de guardia en la Escuela Superior del Ejercito en pleno Paseo de la Castellana, desde el metro de Colón hasta casi Nuevos Ministerios me cruzaba caminando por la acera con una enfervorizada afición italiana que me jugó alguna mala pasada y que hoy día me saca una sonrisa. Ese mundial, por el hecho de celebrarse en España, y en Madrid más concretamente, y como gran aficionado al fútbol, pasados más de cuarenta años lo tengo aún en mi retina, y su mascota Naranjito no iba a ser una excepción, quizá sea ese el motivo por el que tengo en casa varias piezas con esta simpática naranja, no es que las coleccione, un día se cruzaron en mi camino, y a buen precio, se vinieron y ahí siguen.
Hace unos días Antonio Saz en ese magnífico blog que es El Milloncete animaba a los que se cruzan con él, a opinar sobre la mascota mundialista con la que más se identificaban. Dicho lo anterior no puedo dejar a un lado a Naranjito y posicionarme como a la que más cariño tengo, después de ella ninguna me ha llenado lo suficiente, pero anteriores hay dos o tres, según se mire, que son con las que más afinidad tengo, Juanito de México'68 y la pareja Tip y Tap de Alemania'74, ésta última porque coincide con el primer mundial que seguí por televisión y coleccioné los cromos que regalaban con las parejas de botellas de 1L. de Fanta y Coca-Cola, entonces tenía un servidor 13 años.
Hoy nos toca volver a casa después de un ridículo mundial, igual que ocurrió aquel 1982, toca recapacitar y hacer los cambios pertinentes, pero de todas formas, ¡¡¡ Viva el Mundial !!!.
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