A veces los vendedores no tienen un buen día y te ofrecen algo barato para que te lo lleves y sacar unas perras, es el pago para que otra vez que tengan algo de tu interés te lo comenten. Esto hace que los marineros de plomo de Alymer se hayan venido al igual que la cartilla de puntos de establecimientos valencianos o el sobre de fotografías de Casa Ros, ya les buscaré salida. La pequeña cámara de fotos/diapositivas de Cádiz de los 70 se queda, tengo otras y me gustan. Ya en Chiclana de la Frontera a un vendedor cañailla, le he comprado este antiguo estuche de metal para termómetro de mercurio, seguramente algún familiar sea su destinatario.
Este domingo han sido más importantes las charlas que las compras, todo forma parte de este mundillo, por eso me apasiona.
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