Durante el periodo de tiempo transcurrido entre el cierre de la fabrica de muñecas Marín y su museo en su actual emplazamiento en el Centro de Interpretación del Vino y la Sal, se creó un nuevo espacio en el extrarradio que no llegué a conocer y en el que sus principales visitas las realizaban excursiones turísticas. No me pilla muy lejos de casa, y en una de mis caminatas por los alrededores he pasado cerca, este cartel anunciador es el único vestigio que queda de aquella aventura.
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