Me gusta observar esas puertas de bares y comercios que cerraron sus puertas hace años, pararme frente a ellas y pensar como sería cuando se encontraban en plena actividad. Hoy día presentan una imagen triste, pero no se puede olvidar que hace un tiempo tuvieron su esplendor y tras estas puertas del Puerto de Santa María, se escondían las ilusiones de muchas personas que luchaban por mantener a flote su negocio.
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