He de reconocer que algunas mañanas de rastro, no muchas, me pregunto: ¿Qué hago yo aquí?, en vez de estar en casa abrigado o al fresco, según sea la temporada. Como he dicho no son muchas, solo unas pocas, pero hoy la recordaré como una de esas mañanas. El coche marcaba una temperatura de 7º al llegar a Jerez de la Frontera, lo que para los que vivimos en esta parte del sur no es muy calurosa que digamos, pero además el aire que llegaba del norte rebajaba algunos grados más esa temperatura, si te acariciaba de frente te cortaba la cara. Hoy me lo he preguntado, ¿Qué hago yo amaneciendo en la calle?. Y además para más inri, los pañuelos de cuello muertos de risa en el armario.
Bueno, pensamientos y frío al margen, el mercado de Jerez ha tenido días mejores, he echado de menos a muchos vendedores amigos que han demostrado ser más listos que yo. Aún así, ahí van algunas imágenes de la mañana.
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