Los rastros tienen su efecto terapéutico, cuando se presentan momentos que amenazan hacer temblar la estabilidad del día a día siempre encuentras en ellos un escape por unas horas, y la mente bien que lo agradece. Otro domingo fresco a primeras horas y con una humedad poco común para estas fechas, definitivamente este verano está siendo extraño, aunque pensándolo bien mejor que siga así. Hoy he realizado la última visita de la temporada a Jerez de la Frontera, no merece la pena la media hora de trayecto después de la desbandada general. Comparto unas pocas imágenes del rastro de Chiclana y otras de ayer del de Campano, poca cosa pero eso es lo de menos, lo mejor de todo el paseo.
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