Debe ser una gozada recorrer el conjunto arquitectónico de Toledo cuando despunta el día, sin el trasiego turístico de rigor, pero por desgracia ese no era mi caso, aún así cada vez que podía aprovechaba para deambular alejado de la multitud. En esos escapes pude observar sin grandes interferencias estas majestuosas aldabas, acordes con los edificios y sus grandes portones.





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