Acabada la visita al rastro de Guillena decidimos echar el resto en la capital comenzando por el mercadillo de coleccionismo de la Plaza del Cabildo, por el que hace años no me dejaba caer. Aquí el género es distinto al de los mercados que suelo visitar, y así las monedas, los sellos, pins o las tarjetas postales, con alguna antigüedad desperdigada, copan los puestos, y los vendedores no te miran con buenos ojos cuando quieres sacar alguna fotografía. Así que como muestra de mi visita dejo esta bonita parada, como la llaman por otros lares, de cromos y recortables.
Precioso emplazamiento para este rastro, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarmis juguetes y moñas
Efectivamente el lugar es una joya. Ya hacía tiempo que no lo visitaba, antes lo hacía con frecuencia. Saludos
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