La próxima semana Cádiz acoge el Congreso Internacional de la Lengua Española. Observo con interés el gran número de actos que completa el programa de actividades promovidos por las distintas instituciones locales y provinciales, se de seguro que el gaditano de a pie las respaldará igual que ocurre con cada acontecimiento de cualquier índole que sea.
El Ayuntamiento de la vecina ciudad de San Fernando con motivo de dicho evento ha programado una serie de visitas a la Biblioteca del Almirante General Lobo (1821-1876). El General Lobo fue un insigne marino nacido en San Fernando con una amplia carrera militar y con una gran afición, el estudio y la lectura. Publicó libros de navegación y acumuló alrededor de 6000 ejemplares, entre ellos algunas verdaderas joyas. Tras su fallecimiento legó su inmensa biblioteca a la ciudad de San Fernando.
El pasado miércoles tuve la suerte de encontrar hueco en una de esas visitas programadas. Diego fue el encargado de presentarnos una serie de obras escogidas de entre los miles de tomos, los cuatro asistentes privilegiados, como el mismo nos denominó, pudimos disfrutar de sus comentarios y anécdotas con pasión, se nota que ama su trabajo. Los dos historiadores que se encargan de hacer las veces de cicerone han escogido para esta semana la obra que para ellos sería la más destacada, así Diego nos presentó el segundo tomo del "Diccionario de Autoridades" editado entre 1726 y 1739, y que coincidió con la creación en España de las Reales Academias (primera edición del Diccionario de la Academia Española de 1726 ofrecido al Rey Felipe V).
La visita fue de poco más de una hora donde se nos mostraron ocho o diez joyas de las literatura acabando ésta con "L'Enciclopédie o Dictionnaire raisonné des sciencies, des arts et des métiers" editado entre los años 1751 y 1772 y del que en la biblioteca se vanaglorian de tener los 35 tomos de la obra, algo poco frecuente.
Para finalizar algo triste, con las últimas obras realizadas en el edificio del Ayuntamiento desaparecieron, al parecer por su mal estado, aunque hay otras versiones, el fantástico mobiliario donde durante años descansaron tantas y tantas joyas de la literatura, el de hoy no tiene nada que ver.
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