Puerto Real, Cádiz, no ha tenido a lo largo de su historia reciente gestores que se prodiguen en conservar lugares que acumulan recuerdos y vivencias entre la población. Un ejemplo claro lo tenemos en el Pinar de las Canteras, si bien los años parecen que no han pasado por él, a pesar del cercado con viviendas al que ha sido sometido, el paseo que delimita esas viviendas y el parque perdió todo su encanto cuando allá por los 80' se talaron los inmensos eucaliptos que a ambos lados del camino proporcionaban una sombra agradable en tiempos como estos de altas temperaturas. Pero un símbolo que ha perdurado con el paso del tiempo ha sido la fuente de piedra que se encuentra en la entrada del patio del pozo, otro lugar de recuerdos, esa fuente ha calmado la sed de miles y miles de niños del pueblo, y foráneos, a la vuelta de subir y bajar entre pinos centenarios. Nuestro abuelo nos enseñó ahí como quitarnos la resina que nos quedaba en las manos cuando recogíamos piñones, las manos llenas de tierra roja y frotar bien bajo el chorro de agua. Hace unas semanas paseé un rato por el interior del pinar, al salir no faltó mojar las manos en la fuente.
En una fotografía que saqué aquél día y otras dos antiguas de mi archivo personal, la última una tarjeta postal, se aprecia que el paso del tiempo ha sido sensible con la fuente, acompañada ahora con una vegetación más frondosa, bueno el grifo tampoco es el mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en mi blog