Últimamente detecto que los visitantes a los salones de vehículos clásicos se tiran más por los deportivos de grandes cilindradas y son menos atraídos por los auténticos clásicos, aquellos que rozan la centena de años. Yo sigo siendo fiel a mis sentimientos y si me dan a elegir entre un Ford del 28 y un Porsche del 70, seguro que me iría a por el viejo, ¿o no?, esta elección es difícil. Bueno que me atraen enormemente los centenarios pero sin hacerle feo a los deportivos, y así todos contentos.
La mayoría de los coches que muestro a continuación son de la estadounidense Ford, del que destaco el de la grúa de 1928, su paisano Chevrolet de 1926, también aparecen un británico MG y un alemán Opel, todos tiene algo en común, magia.
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