«Cuando la “señá” Pilar y un servidor nos quitemos del medio, se acabó lo que se daba» saben que su afición y negocio no tendrán continuidad, su colección «Es, creo, la más completa de las que pueda haber sobre la historia de Madrid», «Por principios, nunca he leído lo que pone en ellas. Me parece una falta de respeto».
«Teníamos un cliente de toda la vida que empezó a deshacerse de su colección de postales poco a poco. Nunca las habíamos comprado. El abuelete llegaba con sus lotecitos de postales, me pedía que se las comprara y, con lo que sacaba, invitaba a comer a su mujer en algún restaurante. Las terminó vendiendo todas».
Dos historias de amor entrecruzadas la de Juan y la señá Pilar y la del abuelete invitando a su señora a un restaurante.
Ahora Juan las pone a la venta, el Ayuntamiento de Madrid no se ha interesado por ellas, quien sabe si de esta venta nace una nueva historia de amor.
Pilar Álvarez y Juan Molina posan con parte de su colección
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